La localidad de Liborina se conforma a partir de las actividades desarrolladas durante el periodo colonial en los alrededores de la quebrada Juan García. Este riachuelo se llamo originalmente Tajami o Nutabes denominación que según don Manuel Uribe Ángel fue la base del apelativo dado en gran parte de los Nutabes de la provincia de Antioquia.
De acuerdo con las crónicas de Juan Pedro Simón un cacique del pueblo Tajami llamado Pedro Amata acompaño a Rodas en la pacificación y venganza contra los pueblos, que revelados frente a los invasores, dieron muerte al conquistador Valdivia del relato se desprende que los Tahami participaron en el proceso de resistencia contra los fuertes de Valdivia.
Con los cuales y con muchos servicios de Indios e Indias y negros salió (Gaspar de Rodas) de Antioquía, hasta llegar a la boca del valle de san Andrés, llevando también consigo a Don Pedro Amata, cacique del pueblo de Tahami que no era menos culpado de la muerte de Valdivia.
La quebrada de Tahami recibió luego los nombres de Guayabal y Juan García.Las tierras de Liborina fueron capituladas por Francisco López de Rue mediante decreto dado en Popayán el 1ª de Agosto de 1582 este os vendió a Francisco Arce y este a Juan García de Ordaz y Mancilla, quien en 1628 recibió allí otra adjudicación de tierras dadas por el Gobernador Juan Clemente de Chávez.
Sobre los hechos que motivaron el cambio de nombre de la quebrada Tahami a Juan García existen dos versiones:
“según la tradición popular cambio de nombre de este raudal a causa del hecho siguiente;
En época remota estaba en la cárcel de Antioquia un criminal llamado
Juan García quien logro por medio de la fuga ocultarse en una casita situada en un paraje llamado el brujo como la autoridad llegase a barruntar su paradero, dio en perseguirle tenazmente y en ocasión en que iba a ser capturado, resolvió escapar de los que seguían arrojándose a las corrientes del Cauca, bravío por demás en aquella parte pues obstruido su curso por enormes fragmentos de roca, formaba peligrosa cascada que hoy ha desaparecido, dejando sólo veloz corriente. Por esta catarata se deslizó Juan García, escapo de la justicia, salió sano y salvo y dejó su nombre a esa parte del río, nombre que se extendió luego al del torrente Nutabe que la tributa sus aguas al frente". Esta versión sobre el nombre tiene asidero real en dos hechos : la fuerza del torrente de dicha quebrada y la existencia de un personaje con el nombre de Juan García. Sin embargo, como veremos más adelante en relación con la segunda versión, parece difícil que el propietario de la zona que tuvo ese nombre, pasara por tales situaciones. Juan García de Ordaz y Mancilla tuvo un nieto, hijo ilegítimo de su hijo del mismo nombre, homónimo de su padre, quien hacia 1669 trabajaba como minero de Juan Gómez de Salazar. Pero el relato tampoco parece referirse a él porque, si bien desconocemos otros detalles de su vida, sabemos que para ese momento ya la quebrada llevaba tal nombre.
La segunda versión sobre el cambio de nombre de la quebrada se relaciona con el hecho de haber atravesado las tierras de Don Juan García. El capitán Juan García de Ordaz y Mancilla, quien estuvo casado con Marina Cortes y Figueroa, fue rico propietario de tierras y minas en la zona. No tenemos información precisa sobre el monto de su patrimonio, pero sí sobre el de su hijo Juan García de Ordaz y Figueroa quien fue comerciante propietario de tierras, minas y 32 esclavos. Entre 1620 y 1655 fue Capitán, Alférez Mayor y Alcalde ordinario de Santa Fe de Antioquia.
El hermano de éste y su socio en la mina del señor San Pedro, fue el comisario Lorenzo García de Ordaz y Figueroa, también rico propietario de la provincia. Al igual que su padre el hijo homónimo de Juan García de Ordaz y Figueroa, fue un acaudalado propietario que hacia finales del siglo XVII poseía uno de los más grandes patrimonios de Antioquia.